Levantar para volver a caer.
A menudo me sucede, se podría decir de alguna manera que es parte de mi vida, de mi día a día.
Descubrí que arrepentirse de algo que ya has hecho no sirve para nada, y que llorar lágrimas pidiendo deliberadamente que regreses, tampoco.
Llegué a un punto de mi existencia en el que me daba igual todo.
Volví a recaer entre las hebras chamuscadas de mi cerebro, que, indecisas, colgaban dejándose caer al vacío de mi paranoia.
Probé a morder tu recuerdo.
Hoy, mi mirada sólo pide que regreses, entre tanta angustia resulta difícil saber quién eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario